Vivimos en un ambiente artificial, si pensamos un poco en nuestro estilo de vida podemos observar una conducta recurrente; nuestros hogares, vehículos, sitios de trabajo y estudio, cuentan con sistemas de aire acondicionado. Estos son equipos diseñados para el tratamiento y regulación de ambientes cerrados, controlan temperatura, humedad y pureza del aire. Básicamente transfieren calor y aire desde el interior de una edificación al exterior, además deben garantizar un flujo de aire en el ambiente, en consecuencia consumen gran cantidad de energía. Un termostato es un sistema de control programable, que indica al aire acondicionado que temperatura se desea, cuando esta se alcanza, la máquina se apaga o baja su potencia, ya que solo debe mantener el ambiente a dicha temperatura.
Por ejemplo si fijamos el termostato en 18 grados evidentemente la máquina tendrá que hacer un esfuerzo mayor (consumir más energía) al que haría en 19 o 20 grados celsius. En lugares muy cálidos el sistema de acondicionamiento no podrá lograr que el ambiente este a 18 grados, el termostato nunca llegara a la temperatura marcada y la máquina tendrá que operar a máxima potencia persiguiendo un ambiente que nunca alcanzará, la temperatura real será ligeramente mayor 20 o 21 grados. Colocando el sistema a una temperatura real el termostato tendrá la capacidad de reducir la demanda energética. Ventanas sin cortinas y orificios en el techo o paredes pueden hacer que nuestro equipo trabaje hasta 20% más. La actual crisis energética y medio ambiental implica, que cada mili vatio ahorrado puede marcar una gran diferencia. Toma medidas para reducir tu consumo, ayudaras al medio ambiente, ahorraras dinero y aumentaras la vida útil de tu máquina. Que simple es poner un grano de arena, activate.
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